lunes, mayo 30

Algo de algo.

-¿Por qué duele?- preguntó, con la ignorancia de quien nace adulto.-¡No hay sangre! ¡No hay herida!... pero duele.-
En un estado de entropía en aumento, palpaba su tórax esperando sentir la viscosidad de la sangre. No había nada.
De pronto, sintió una tibia humedad en sus mejillas. Rápidamente llevó sus manos a la rostro.
-¡Claro! La herida está en mi ojos.- y sus temores explotaron al ver que aquello no era carmín.
No podía entenderlo. No podía comprender que algo doliera tanto como aquello. Oía desgarres, oía huesos crujir. Su mundo entero daba vueltas.

jueves, mayo 26

Delirio.

Yo quiero inmolarme a tu mundo.
Acoplarme a tu aire.
Ser(te) inmanente.

Ya eres inherente a mis sueños.
La cura de todos mis anhelos.



"Eres el in de mis palabras, la rima de mis malos versos."

miércoles, mayo 25

Shh...

...
Bajo el manto del anochecer,
nacen los más oscuros poemas,
vienen guiados por la luz
de una erótica luna, acompañada
por las tímidas estrellas.

domingo, mayo 15

Buenos días.


...
La noche de ayer olvidé preguntarle al viejo Joaquín donde queda esa farmacia, en la que, según me ha contado, venden unas tales "Pastillas para no soñar."
Esta mañana me lo he reprochado en el momento en que desperté:


Sonriendo como idiota, abrazaba la almohada fuerte como si intentase escapar de entre mis brazos, susurrando incoherencias bastas, sumida en un delirio, dopada por tu aroma imaginario en mis sábanas.





...Ojalá hoy lo olvide también.

viernes, mayo 6

Recordatorio moral.

Ha terminado la parte individual de la clase. Me siento emocionada porque mis dos pies izquierdos, tal vez no lo son tanto. La profesora ha mandado a formar parejas.
Espero.
Escucho levemente un comentario. -Todos estamos aprendiendo- Me mira de reojo el chico de la clase.
Un señor se acerca y me mira sonriendo con amabilidad.
Merengue, caramba, yo sólo conocía ese que le ponen al pastel.
La profesora se acerca comprensiva a corregirme. Esto de ser tiesa es una molestia.
Cambio de pareja.
Siento que me miran, volteo, el chico menor de la clase, once o doce años como mucho, baila sonrojado con su madre, quien le incita a cambiar de pareja. Me distrae un acento extranjero, mezcla de inglés, francés, y peruano. Ha llegado un señor mayor sonriendo - ¿Pareja?- Claro, respondo.
Vueltas de Merengue, esto va más allá del arte culinario. Merengue, no marchar, caderas sensualidad. Mis genes latinos son los recesivos.
¡Clap Clap! Cambio de pareja.
Espero.
Miro a mi lado, el chico de la clase se acerca, mirada baja, carmín en la mejillas... le sonrío. Mano en mano, mano en hombro, mano en cadera, le miro y...

¡AY!

Debo recordar no llevar blusas con escote a las clases de baile.