...
.."cuando llegue al lugar acordado era ya media tarde. Su café estaba helado. Recuerdo su expresión, era como si de repente, hubieran hurtado la mitad de su alma. Casi podía mirar a través de su pecho. Había un hueco imperceptible a la mirada en medio de su corazón. Entonces pude verlo en un reflejo de sus ojos, inundados con cristales salinos. Fuego fatuo, flotando en la acera frente a aquella vieja cafetería donde nos encontramos.
Lo vi todo en el espejo plateado de sus ojos. ¡El tiempo anduvo tan despacio!
Volteé y miré yo mismo a través del cristal rotulado de enfrente, comprendí de inmediato lo que ocurría, mi máquina motor sintió el rechinar de metal mal aceitado.
No pude evitar preguntarme cuánto tiempo llevaría soportando aquella carga, aquella imagen horrible (que a decir verdad, no lo era… sólo habían risas y felicidad) frente a su mirada.
¿Lo habría notado él, como si lo hice yo?
¿ Sentiría él el dolor de ella?
¿ Era capaz de darse cuenta de aquel jirón de alma que llevaba arrastrando bajo la suela de su esencia?
… ¿Le importaba?" ..