...
¿Quién ha sido el gracioso,
que gustoso y revoltoso ha metido en la cabeza que soñar no cuesta nada?
¡Yo me opongo a tal estafa!
Porque de sueño en sueño se pierde un pedazo de inocencia.
Comienza aquel juego de imágenes, a brindar calidez, amor.
¡Nace la esperanza!
¡Aleja de nuestro corazón la soledad! Esa que siempre está... esa que abriga tan bien.
Nos deja a la deriva llenos de ilusiones,
de fantasías preciosas, coloridas y vivaces, de un futuro más amable.
Nadie nunca nos advierte del puñal filoso de la realidad...
Es un complot, una dualidad.
Soñar nos quita el casquete que nos protege
contra los golpes que dan las piedras de nuestra humanidad.
¿A quién se le ha ocurrido que es positivo soñar?
¿Quién ha sido el grosero que tanto disfruta vernos llorar?
Yo, por ejemplo, no quiero pagar más, el alto precio de soñar.
Yo, ya no tengo con qué más pagar...